domingo, 13 de enero de 2013

El afán de convertir los papelones en triunfos


POR SUSANA VIAU

Publicado en edición impresa Clarín 13 de enero de 2013
Hace unos diez días, en un departamento porteño, Guillermo Moreno reunió a dirigentes de Unidos y Organizados –La Cámpora, Kolina, Movimiento Evita– y de su propia tropa. La discusión se resumía en un punto: diseñar el peregrinaje que garantizaría que la entrada a puerto de la fragata Libertad se hiciera en una atmósfera de victoria. O, en otras palabras, que la Presidenta llegara a Mar del Plata en olor de multitudes . Allí, en ese departamento, se acordó el envío de micros bonaerenses con su pasaje de empleados públicos, militantes de las distintas tribus kirchneristas y un nutrido contingente de desposeídos que harían el trayecto de ida y vuelta en el día. Llegar, buscar ubicación, hacerle el aguante a la nave y a la jefa de Estado, escuchar el discurso y volver deprisa a los transportes. A eso se reduciría la estadía marplatense. La mayoría de los congregados por las organizaciones sociales nunca antes había estado frente al mar ; tal vez ninguno de ellos hubiera sentido jamás el golpe de una ola. 
Una nueva muestra de la sensibilidad nacional y popular: que los que nunca veranearon pudieran ver in situ cómo vacacionan otros en esa ciudad repleta de sombrillas y reposeras, saturada de olor a bronceadores y, así y todo, la única donde el Atlántico se vuelve tolerable para cualquier criatura empedernidamente urbana. Todo hay que decirlo: no eran las únicas víctimas de los antojos presidenciales. En el afán de convertir sapos en palomas, a la mujer barbuda en un hada y a los papelones en triunfos , la nave retenida durante dos meses en Tema debió esperar dos días fondeada en aguas argentinas mientras su tripulación postergaba de mala gana los deseos de reencontrarse con amigos y familiares. Un sacrificio ofrendado en el altar de las puestas de Javier Grossman que, caracterizado de Francis Ford Coppola, se paseaba por el muelle, feliz de la vida. El barco entraría a rada con las velas plegadas porque el viento podía apartarlo de la ruta milimetrada; lo escoltarían doscientas embarcaciones pequeñas; lo precedería una exhibición de acrobacias aéreas. El programa preparado por Grossman incluía un único discurso, el de la Presidente y, como cierre, un espectáculo de fuegos artificiales y dos himnos –el nacional y el de la bandera– cantados por los tenores favoritos, uno de ellos el hermano del mandamás del sistema de medios públicos, Tristán Bauer. Ernesto Bauer es el “espontáneo” que “sorprendió” a Cristina Fernández entonando, de golpe y porrazo, el Ave María durante el velatorio de Néstor Kirchner.
Nada fue lo que se esperaba: los barcos no se contaron por centenares sino por decenas, las piruetas de los aviones se parecieron sospechosamente a maniobras de fumigación , los fuegos artificiales resultaron de una pobreza franciscana y los tenores desafinaron . Sólo la Presidente retomó el tono épico que prometía la leyenda del afiche de Peronismo Militante: “Nosotros viento –decía–, la Patria Barco. Cristina Capitana”. La jefa del Estado, de espaldas al mar y con el cabello flotando al viento dio la bienvenida a la fragata. Dos líneas que sirvieron de introducción a una enumeración de sus luchas por el desendeudamiento y contra la acción de los fondos buitre y también y por sobre todo de su propia entereza. “No me pidan nunca un gesto de hipocresía o falsedad, con mis defectos, con mis errores, con mis horrores, soy como me ven, de una sola pieza, no miento, no engaño, me interesa la Patria, defiendo la Bandera, quiero que la memoria de El, de mi compañero, quede bien en alto”. 

No tiene abuela , la Presidente. Aunque, claro, se comprende. Intentaba recuperar la iniciativa tras una semana plagada de traspiés. La carta de respuesta a Ricardo Darín y a sus dudas respecto de la fortuna de los santacruceños supuso un error mayúsculo y le valió una avalancha de críticas. El argumento de que el patrimonio de los Kirchner ha sido el más auditado de la historia argentina había sonado a tomadura de pelo. Es que, contra cualquier práctica republicana, los argentinos ni siquiera están habilitados para acceder al sueldo de quien los gobierna, mucho menos a informarse de cuántos y de qué magnitud son los aumentos que recibe. Para peor, el asado en la ESMA reabrió lapolémica en torno de la autenticidad de la pasión K por los derechos humanos . De nada valieron las explicaciones acerca de las resignificación del dolor y su transformación en alegría: los Kirchner no son personas autorizadas para sostener esas teorías. Hace dos años y medio que Cristina Fernández exhibe un luto riguroso y, que se sepa, aún no se ha mostrado dispuesta a permitir la instalación de parrillas o el dictado de cursos de cocina en el descomunal mausoleo patagónico de su marido.
Veinticuatro horas más tarde y antes de su viaje volvió a dirigirse a los ciudadanos. Esta vez en cadena nacional y para anunciar la “ratificación del pago del primer anticipo del contrato” para adquirir material ferroviario. Vagones comprados en China que, para honrar al proceso industrializador que propone el “modelo”, no tienen ni un tornillo de fabricación nacional . Sin embargo, con los ojos puestos en el futuro promisorio, no hubo tiempo ni espacio para recordar la tragedia de Once, 52 cadáveres que obligaron a poner en foco la situación de altísimo riesgo que, en cada viaje, afrontan los usuarios y hacen del transporte ferroviario un deporte extremo.

Pese a que, frente a la fragata, había recordado con vehemencia aquel bando sanmartiniano que prometía luchar hasta “en pelotas, como nuestros hermanos los indios”, tampoco se refirió al por cierto bien llamado etnicidio de los Qom y al que, hasta el jueves, pareció ser el último, salvaje asesinato de un adolescente de esa comunidad. La del niño despellejado y destrozado a golpes no es una historia policial . Es una historia del prejuicio, de una espeluznante, sorda batalla por la tierra, esconde oscuros intereses económicos. Los ejecutores de esa masacre en cuotas gozan de protecciones políticas y policiales. Ahora es el cuerpo de un sobrino del cacique Félix Díaz (expulsado por las huestes de Andrés Larroque de su acampe en la avenida 9 de Julio, a mediados de 2011) el que debe ser exhumado. Dicen que el chico, de 16 años, murió atropellado en una ruta. En todo caso, la misma manera de dejar este mundo que, a las cuatro de la tarde de un soleado día de mediados de diciembre último, eligieron Celestina Jara y su nieta, Yanina Coyipé, de diez meses. Calcado a lo que le pasó a Roberto López, a Mártires López y casi igual que el extraño episodio que vivió el cacique Díaz, cuando le tiraron encima una camioneta que a duras penas logró esquivar. Son distraídos, los Qom. Son irresponsables. Y lo peor, no escarmientan. Habrá que recomendarles un curso de seguridad vial.

domingo, 6 de enero de 2013

Cómo será el mundo en 2013


Estados Unidos recuperará peso internacional y buscará negociar, antes que iniciar nuevas guerras. China crecerá al 8% y será un competidor del sistema democrático. Europa seguirá en crisis. El poder oculto de los mercados.

Por Dante Caputo
Publicado por Periódico Perfil 6/01/2013  

El jefe de la Iglesia Católica dijo hace pocos días que “el bien está destinado a triunfar”. No aclaró cuándo se produciría tal victoria ni en qué consistía el bien. Podemos imaginar que se trata del bienestar general, aunque en boca del Papa puede querer decir otra cosa. Pero la indefinición que debería causar mayor inquietud es la vinculada al momento en que ocurriría tal suceso, porque para nosotros, mortales, seres con inicio y fin, el tiempo en que pasan las cosas tiene importancia.
Nada hay de seriamente criticable en el anuncio, puesto que triunfará el bien y no el mal, y sucederá alguna vez. De manera que si pasa, tanto mejor y si no, nada cambiará demasiado; seguiremos con la manera en que llevamos nuestros asuntos.
En cambio, hay una palabra que es dañina: “destinado”.
No hay destino, hay futuro. El futuro es el resultado de la construcción humana, en cambio el destino es el ineluctable despliegue en el tiempo de hechos decididos.
Como es sabido, en ocasiones nuestra creencia en que ciertas cosas pasarán nos conduce a dar los pasos necesarios para que sucedan; entonces, curiosamente, homenajeamos la grandeza del destino que se cumple en lugar de felicitarnos por nuestra persistencia para alcanzar lo que nos proponemos.
Macbeth, luego de que las tres brujas se lo anunciaran, creyó que en su destino estaba ser rey. En realidad, las brujas no deben ser congratuladas por haber sabido lo que iba a suceder, sino por poseer la capacidad para convencer. No anunciaron el futuro, convencieron a Macbeth para que lo construyera.
No habrá destino para 2013. Tendremos lo que construyamos, aun contra lo que se cree que va a suceder. La idea de destino desgasta la voluntad de las sociedades. ¿Para qué hacer o evitar lo que de todos modos acontecerá?
El futuro, 2013, será la combinación de la herencia recibida con las voluntades de quienes tienen poder, con los hechos del azar (forma para designar las causas que ignoramos) y, en gran parte, con lo que las sociedades buscan y creen. Esto último, difícil de definir o de describir, se refiere a un cierto espíritu social, a veces pasivo o vencido, otras veces inquieto y explorador, que deviene el escenario donde la herencia, el poder y el azar despliegan su obra. 
Hoy los estadounidenses retoman algunos de sus impulsos con los que crearon la potencia de su sociedad; los europeos temen y dudan, con lo cual la incertidumbre domina su futuro, y los chinos agregan engranajes a la portentosa maquinaria que han creado, de la cual no dudan que nacerá su superioridad.
En estas tres sociedades, que están en la base de la actual trama de las relaciones mundiales, nadie cree (o casi nadie) que sus futuros se producirán independientemente de sus opciones y sus esfuerzos. Algunos temen y otros confían, pero todos tratan de luchar.
En este año China no tendrá involuciones. Acaba de atravesar el proceso de renovación de su dirigencia sin que se haya producido ninguna dificultad relevante. Lo que hace tres o cuatro años se suponía que sucedería, pasó y seguirá pasando. A su vez, el crecimiento económico se relanza, luego de la caída relativa de los últimos tres años. La previsión es un aumento del PBI para 2013 superior al 8%.
La identificación de algunas cuestiones que pueden entorpecer su desarrollo comienza a exponerse con crudeza ante la opinión pública. En particular dos: los altos niveles de corrupción entre los dirigentes y las brechas crecientes en materia de ingresos. Los regímenes autoritarios difícilmente son autocríticos; sin embargo, el caso chino no parece seguir esta regla. Un sistema político autoritario con capacidad de rectificación y control se convertirá en un serio competidor del sistema democrático.
Por lo tanto, la evolución china no debería medirse sólo en términos económicos y tecnológicos, sino en las novedades que puede introducir en los modos de organización política.
En Estados Unidos, como anoté más arriba, los cambios positivos que continuarán este año no son hechos espectaculares ni deslumbrantes. Se trata más bien de un lento y profundo proceso de reencuentro con su tradición transformadora. La reelección de Obama es un signo de esos cambios. En esta ocasión, en el voto no hubo romance sino razones. La mayoría se alejó de las peligrosas provocaciones del Tea Party, toleró los fracasos de su presidente, comprendió los avances, cambió los sueños de la transformación por una realidad un poco mejor. El país que durante un siglo y medio no tuvo guerras en su territorio sintió luego de mucho tiempo el inmenso impacto de la crisis económica en su interior.
Estados Unidos recuperará peso internacional y, seguramente, inaugurará modos nuevos de vincularse con el resto el mundo, más bien basados en el ejercicio diplomático que en la amenaza del uso de la fuerza. La OCDE estima en 2% el crecimiento de ese país para este año.
Los cambios en la política estadounidense permiten esperar que en 2013 tengamos menos guerras, con la excepción probable de Siria. 
Europa seguirá convulsionada. De los tres grandes polos mundiales, en éste el pronóstico es incierto. La señora Merkel anunció que la situación económica será más compleja en Europa que la del año que concluyó. Puede no serlo, pero en este caso la herencia recibida y el escepticismo social pesarán mucho. La situación española es mala, con la posibilidad de la secesión catalana; no debería excluirse que 2013 concluya con el Reino Unido fuera de la Unión; Italia puede presentar un nuevo frente contra las políticas impulsadas desde Berlín, si triunfa la centroizquierda en las elecciones de febrero; Grecia sigue siendo un país al borde del estallido. Este año se prevé un aumento del PBI casi no perceptible: 0,4% en la Unión y 0,1% en la Eurozona.
Finalmente, el polo en las sombras. El poder fuera de los Estados y los territorios, al cual Benedicto XVI denominó en su saludo de fin de año “el capitalismo financiero no regulado”. Sobre su comportamiento, espero que comprenda, lector, por ahora prefiero incluirlo en el universo del azar.
América latina no debería recibir impactos negativos del mundo probable de 2013. Venezuela perderá peso político y Brasil lo aumentará. Iniciativas como Unasur atravesarán una etapa crítica en la que podrán sobrevivir con el prudente liderazgo de Brasil o ingresar al cementerio de proyectos, como solía decir mi colega Oscar.
El resto de nuestros países tendrán historias más divergentes que las de los años pasados. La proyección de Cepal para 2013 estima 4% de crecimiento del PBI para los diez países sudamericanos, entre ellos Brasil con 4% y Argentina con 3,9%. Nuestro país seguirá viviendo con síntomas de crisis en la década de más alto crecimiento de su historia.
En fin, lector, para conocer cómo será 2013 resultará más útil mirar a las sociedades que escuchar a las brujas.